Nuestra Santa Madre Iglesia nos recomienda vivir los distintos tiempos Litúrgicos con la intensidad y particularidades que a cada uno le son propios. No cabe la menor duda que el Tiempo Litúrgico de la Cuaresma presenta unas características de especial relieve dentro del calendario ya que nos prepara a vivir con nuestro Señor su Sagrada Pasión y Gloriosa Resurrección.
Quiere la Iglesia que durante este tiempo escuchemos la Palabra de Dios con tal hambre que lleguemos a asimilarla para conseguir tener los mismos sentimientos que tuvo nuestro Salvador y así, abrazado con Él a su Cruz, gocemos de su Gloria.
A la luz de la Palabra que nos llega en la Liturgia de Cuaresma nuestra vida quedará iluminada y así, con la luz del Evangelio, todo tendrá sentido en nuestra existencia, incluso aquello a lo que nosotros considermos un "sin-sentido".
Pero es necesario proyectar esa luz en cada uno de nuestros actos para que tengan un relieve sobrenatural que nos haga madurar para el encuentro definitivo con el Señor que, indiscutiblemente, nos llegará.