miércoles, 7 de marzo de 2012

Puerta de los Mártires

Hoy celebramos la Fiesta de la “Reversión de las reliquias” de los Santos Niños desde Huesca a Alcalá de Henares, que tuvo lugar en el año 1568.

Nos preparamos en esta Cuaresma para celebrar fructuosamente la próxima Pascua de Resurrección. Las aguas bautismales nos lavaron los pecados, por la sangre de Jesús, y nos hicieron testigos del Señor Resucitado. La sangre de los mártires Justo y Pastor, que fecundó nuestra Ciudad, nos anima a dar testimonio de la fe en Cristo Jesús. El Señor no nos ha pedido derramar nuestra sangre, al menos por el momento. Pero sí que nos pide que seamos testigos suyos en nuestro tiempo.

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El traslado a Huesca de las reliquias de Justo y Pastor

Con la invasión musulmana, a primeros del siglo VIII, muchas reliquias católicas de santos y mártires corrieron peligro de desaparecer.

La tradición dice que San Urbez (Urbicio), natural de Burdeos (Francia) y prisionero de los musulmanes junto a su madre, conoció en Galicia la piadosa historia del martirio de los Santos Niños Justo y Pastor (siglo IV d.C.) en la ciudad hispano-romana de Complutum; y se encomendó a ellos. Una vez liberado, San Urbicio quiso visitar el lugar del martirio y venerar sus reliquias. Llegado a Alcalá de Henares se llevó las reliquias al sur de Francia, para evitar su profanación o el robo de las mismas por los conquistadores musulmanes. Las reliquias de los Santos Niños fueron trasladadas posteriormente a Huesca, permaneciendo allí durante más de ocho siglos. Algo similar ocurrió, por ejemplo, con el “Santo Grial” venerado en Valencia, que fue traslado a Huesca a raíz de la invasión musulmana y después fue devuelto a la sede del Turia.

El regreso de las reliquias a Alcalá de Henares

Es natural que los hijos de Alcalá desearan que las reliquias volvieran a su lugar de origen. Personas ilustres, vinculadas a esta Ciudad, y los mismos Reyes Católicos, pusieron el máximo interés y pidieron repetidas veces al Obispado de Huesca la devolución las famosas reliquias; pero la respuesta siempre fue negativa. Finalmente, con la intervención del rey Felipe II ante la máxima autoridad católica, el Papa Pío V, el Obispado de Huesca accedió a devolver parte de las reliquias a Alcalá de Henares, cuyo traslado está perfectamente documentado. El Rey ayudó y protegió a los encargados de llevarlo a cabo. El 19 de enero de 1568 fueron entregadas en Huesca las reliquias a los procuradores de Alcalá, aunque tardaron unos meses en llegar hasta nuestra Ciudad. Los abundantes documentos narran las peripecias del viaje: el sellado y el lacrado de las reliquias, los certificados, la gente encargada de su custodia. Se conoce el recorrido exacto que hicieron y su paso por los pueblos y aldeas del camino: primero llegaron a Zaragoza y Calatayud; después pasaron por el Monasterio de Santa María de Huerta, Medinaceli y Sigüenza, donde fueron recibicidas con grandes honores; también estuvieron en Hita y en el Monasterio benedictino de Nuestra Señora de Sopetrán, hasta llegar a Guadalajara y Meco.

El 7 de marzo de 1568 las reliquias de los Santos Niños por fin llegaron, regresararon, a Alcalá de Henares, haciendo su entrada por la primitiva “Puerta de Guadalajara”, que a partir de ese momento se llamó “Puerta de los Mártires” (y hasta hoy).

Aquel 7 de marzo de 1568 la Puerta de los Mártires (popular Cuatro Caños con calle Libreros) lució bien adornada, mostrando la siguiente inscripción: “Al Dios todopoderoso. En otro tiempo Dios consagró a Complutum con la sangre de los mártires Justo y Pastor; ahora, después de casi ochocientos cincuenta años que, ocupada España por los sarracenos, sus cuerpos fueron llevados a Huesca, ahora, el día 7 de marzo de 1568 nos lo devuelve benigno, por la piadosa intervención del católico Felipe II, rey de España, y la solicitud de Pío V, por la divina providencia Pontífice Máximo, y por la religiosa bondad de los oscenses. El senado y el pueblo Complutense conservará por siempre la memoria de este celestial regalo”.

Hoy celebramos la tradicional fiesta llamada “Reversión de las reliquias” de los Santos Niños a la iglesia de Alcalá de Henares. Hoy es un día de acción de gracias a Dios por este regreso, por esta “reversión de las reliquias”. Hoy conmemoramos la llegada a Alcalá de este regalo tan preciado y celebramos que volvemos a tenerlas entre nosotros.

Esta tarde, con nuestro Obispo, vamos a implorar la intercesión de los Santos Mártires de Alcalá de Henares, patronos de la Catedral+Magistral y de la diócesis complutense. Para que una Cuaresma más los Santos Niños Justo y Pastor nos sirvan de ejemplo de sincera humildad, de sincera sencillez, de sincera entrega y de sincera fidelidad a Dios y a nuestros hermanos.

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«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados» (Mt 6,7).